Loraldia Festibala cierra una 10ª edición de récords
- La 10ª edición de Loraldia Festibala se ha desarrollado bajo el lema Munduari begiratzeko modu bat, y la valoración ha sido muy positiva en todos los ámbitos.
- La 10ª edición de Loraldia Festibala ha batido todos los récords hasta la fecha, con 25 espectáculos, 11 de ellos estrenos; más de 160 creadores/as en escena; la cifra más alta jamás registrada de espectadores, 5.300; y la comunidad de Lorazainak ha superado los 2.800 abonados.
Loraldia Festibala, el Festival Loraldia, que ha cumplido 10 años en esta edición, finalizó con éxito el pasado 23 de marzo.
Presentamos esta edición bajo el lema Munduari begiratzeko modu bat y tenemos que decir que ese propósito lo hemos cumplido.
Queremos destacar el sobresaliente nivel de las propuestas artísticas. Y en estas, uno de los objetivos de Loraldia es promover la reflexión y contribuir a conformar un nuevo imaginario de la identidad y la cultura vascas. Objetivo que también hemos cumplido en esta décima edición.
La 10ª edición de Loraldia Festibala ha batido todos los récords: tanto en audiencia como en número de personas inscritas en la comunidad de amigas/os de Loraldia, las y los Lorazainak; y también desde la perspectiva creativa y de las y los artistas, tanto a nivel de datos cuantitativos, como cualitativos.
Datos de la 10ª edición del Festival Loraldia
La 10ª edición de Loraldia Festibala ha ofrecido 25 espectáculos diferentes en 13 espacios diferentes de Bilbao. Lamentablemente, tuvimos que suspender la reflexión Euskara bihar.
25 espectáculos han conformado la programación de la 10ª edición del Festival Loraldia. De ellos, 11 han sido estrenos, el 44%.
Hemos contado con más de 160 creadores/as de diferentes generaciones, referentes culturales y nuevos talentos. En cualquier caso, todas han demostrado su máximo nivel creativo. De ellas, el 69% han sido mujeres.
Bilbao se ha convertido en el centro de la cultura vasca creada en euskera durante tres semanas. Hemos ocupado los grandes espacios culturales de la ciudad y otros donde las propuestas creadas en euskera no llegan habitualmente. Además, este año hemos introducido una novedad y hemos unido cultura y naturaleza, a través de una salida a la montaña.
En cuanto a público, la 10ª edición de Loraldia Festibala ha superado los 5.300 espectadores/as, la marca más alta de su historia. Hay que decir, además, que la comunidad de Loraldia ha crecido notablemente en esta edición: por primera vez hemos tenido un gran número de espectadores que se han acercado al festival y en estos momentos la comunidad de seguidores de Loraldia, Lorazainak, reúne 2.856 personas, 636 más que en la edición anterior.
Valoración artística
Dabilen herriari; al pueblo que camina
Paso a paso Loraldia Festibala ha llegado a su décima edición. Año tras año hemos creado un camino. Entre las novedades de este año ofrecimos una excursión montañera. En sus bosques conocimos episodios de la vida de cinco mujeres de la zona de Bilbao y allí escuchamos aquello de «Dabilen herriari ez zaio goroldiorik lotzen». Queremos resumir nuestra actuación con la nueva adaptación del refrán de Axular. Seguimos en la herrigintza. Una Euskal Herria imparable.
Un principio: «Ez naiz Laboa». Era febrero en Bilbao, cuando inauguramos en el Bizkaia Aretoa de Abandoibarra una exposición que guarda la memoria de Laboa. «Izan liteke kostelazioa, izan gabe izar», como punto de partida de esta edición.
La oportunidad de la vanguardia
Si tenemos en cuenta que Mikel Laboa ha sido uno de los autores más vanguardistas que hemos tenido en nuestra cultura contemporánea, el comienzo era perfecto.
La sombra de Laboa es muy alargada, sin duda. Así, Laboa se nos ha aparecido en otras tantas ocasiones en este décimo festival.
En La Fundición lanzamos «Dada ü Lala«, y al inicio del teatro performativo escuchamos “Lekeitio 5. Komunikazio – Inkomunikazioa” y Neomak versionó Laboa en el Arriaga con el pandeo, junto a Lete y Lertxundi.
Por otro lado, en «AMAraun» de Oihana Iguaran y Amaiur Luluaga, se cantó y representó «Gogo eta Gorputza Zilbor intesteak». Por su parte, el alumnado de bachilerato artístico del instituto de Ibarrekolanda recordó: Lili bat, Hegazti Errariak, Sustraiak bertan dituen, Gernika… Y al final del festival, en el espectáculo Kantu Berri bat Gara de Jon Maia, abundaron las citas de Laboa. Escuchamos Bereterretxeren Khantoria, de la que le debemos la transmisión de nuestra primera balada a Laboa, entre otras cosas.
Sin embargo, todo el foco se lo tomó Ai Gure Juaneteak en su labor creativa. Era el corazón de la última obra de Patxo Telleria en Itsasmuseum. Las canciones de Laboa, convertidas en spoken words, tomaron un vuelo diferente. La cadena de nuestra vanguardia no se interrumpe en absoluto. Loraldia no es más que una cadena de miradas.
La primera revolución
Lamentablemente, la reflexión «Euskara bihar» quedó suspendida por problemas de salud de Jon Sarasua. Tenemos intención de recuperarlo a medida que vaya recuerándose. Ese plan de futuro es imprescindible para nosotros.
La primera actuación gritaba en voz alta a los cuatro vientos: «Sustraien matxinada«. En esa primera revuelta nos sentimos cómodos.
Porque nos gusta reinventar, reestructurar, reiniciar… Nuestras raíces están bien arraigadas. Levantemos nuevos troncos y ramas. Txistu (Garikoitz Mendizabal) y acordeón (Gorka Hermosa) se unieron para viajar por el mundo: fandango, flamenco, rumba, salsa, balada, contemporánea… y las palabras de tres poetas en las maletas de viaje. Herbarios y florituras en las voces de Nerea Arrien, Toti Martínez de Lezea y Leire Bilbao. Era una convocatoria para el levantamiento.
Euskal Herria 2050
Nos preparamos para revolucionar la mirada de nuestro mundo.
Por eso no nos sorprendimos cuando aparecimos en la siguiente estación en el año 2050. «Gorputzaren atzean» era el resultado de una beca de creación digital lanzada por Loraldia. Una sorprendente historia de la escritora Katixa Agirre en escena. Bailando con gemelos digitales. La memoria en disputa. Todo era nuevo, todo futuro. Una parada para reflexionar sobre lo que el futuro digital nos depara.
Pero en Loraldia nos gusta ir al pasado con tanta fuerza como vamos al futuro. Uxue Alberdi recoge a través de «Belarriko kilkerra» historias curiosas que se guardan en nuestra memoria. Trabaja constantemente la oralidad y ha madurado una colección encantadora. Dicen que al abuelo le han encontrado un grillo disecado en la oreja. Así que no era sordo. Historias que andan por el camino de la transmisión.
El antes y el ahora. Tradición y contemporánea. Entre los hilos de estas parejas se enreda «Oma«, de Basabi. Una espectacular escena decorada con arte visual y un sonido en el que se cruzan la txalaparta y la música clásica. Tocaron el nuevo disco con mucha precisión. Una excelente actuación para crear sueños cinematográficos.
Estamos tan sucias porque andamos
Lo nuestro, en cambio, no es una simple diversión. Utilizando palabras creamos nuestra propia identidad. La producción «Hiria lokatzetan» aportó a la Ciudad Vasca una mirada feminista. El grupo creativo no era baladí: Lorea Agirre, Idurre Eskisabel, Ainara Lasa, Amagoia Gurrutxaga, Miren Narbaiza, Miren Amuriza y Lizar Begoña. Además, invitadas de alto nivel: Oihane Ruiz, Laura Penagos, Maite Sarasola y Asier Urkiza.
Crítico y poético, donde para disfrutar hay que vestir katiuskas mentales. Oihane Ruiz declaró que el espacio era político, mientras la mayor parte de la población mundial está siendo urbanizada. Nos sorprendió la confesión de la colombiana vasca Laura Penagos. El euskera ha dado tierra a su exilio. Inolvidable contando del revés la vida de la tía de Amuriza. Una vida desagradable de Ispaster hasta Bibao, oprimida por el machismo.
Miren Narbaiza interpretó la versión «Hala ere» («Gabiltzelako gaude hain zikin») de Lourdes Iriondo para, al cabo de 50 años, madurar la sintonía de este podcast en directo.
Guerra contra la atrocidad, pensando en Gaza
Nos encantan las pequeñas obras de arte y la cercanía, por eso programamos habitualmente en la sala de La Fundición. Este año pudimos ver dos creaciones alavesas. «Dudu ü Lala» fue un estreno. Creada por la pareja artística formada por Josune Mendizabal y Ane Gebara. El dadaísmo surgió contra el horror de la Primera Guerra Mundial. Nos situamos ante la absurda obra artística de Mendizabal y Gebara. Trabajando lo absurdo, hasta el punto de revelar la conversación entre dos culos. Trituraban las palabras (también físicamente, mediante una trituradora de papel) y lo pusieron todo en jaque, utilizando el arma del humor.
Acto seguido, la escena fue tomada por Aitor Vinagret con Arma tiro pum. Sin palabras, a través del cuerpo, puso magistralmente en escena un episodio de una guerra. Al final habló de abril de 1937 en Gernika, por un lado, y de marzo de 2024 en Gaza, en Palestina. Un severo grito cultural contra el genocidio.
Ikusletegia
En la segunda semana lanzamos otra novedad: Ikusletegia. El objetivo de esta nueva iniciativa es conocer los contextos de la creatividad. Propusimos tres diferentes.
Lorea Agirre trajo el decálogo de Joan Mari Torrealdai. Nos contó cómo se insertó en el mundo de la herrigintza el trabajo de este militante profesional e independiente. «Nuestra lengua está subsumida» decía.
El segundo espacio fue conducido por Ixiar Oreja, que abordó la relación entre Kirmen Uribe y su familia. Amaba la poesía de Uribe y recordó a Aitzol Aramaio, cineasta y amigo. «Bizitza marabilli!», proclamó tocando el pandero y la trikitixa (en manos de Amaia, hermana de Ixiar).
El tercer ikusletegia nos llevó a la zona de Zeberio. Agurtzane Intxaurraga puso en el punto de mira a Maurizia Aldaiturriaga y junto a ella a otras mujeres pioneras que tocaban el pandero. El instrumento creado hace 8.000 años ha aportado mucho a la música vasca y hoy en día Aupa Maurizia! es un auténtico símbolo. El símbolo de la libertad.
Vaciar y desnudar la memoria
Por otro lado, la performance de Metrokoadroka “Artxibo Biluzia” tomaba como punto de partida los archivos de Joan Mari Torrealdai. Se dice que Torrealdai dijo,»Me han desnudado intelectualmente» cuando la Guardia Civil registró su casa y la desalojó. La creatividad emprendió el camino del absurdo. La memoria fue vaciada y desnudada por los dos actores. Torrealdai fue un gran referente de nuestro euskera.
Kirmen Uribe, Mikel Urdangarin, Rafa Rueda y Mikel Valverde renovaron 20 años de memoria. Actualizaron el espectáculo «Zaharregia, txikiegia agian», estrenado hace dos décadas en Nueva York. Artes visuales, nuevas canciones (especialmente emotiva la dedicada a la droga) y nuevos músicos subieron al escenario del Arriaga. «Bitartean heldu eskutik» de Uribe y otros numerosos poemas encogieron nuestros corazones. Escuchamos «Kideari» (de nuevo pensando en Aitzol Aramaio) y «Munduari begiratzeko modu bat», entre otros temas. Nuestro objetivo es reivindicar nuestra visión del mundo.
Neomak son las herederas de Maurizia. Con ellas se levantó la rebelión del irrintzi. Escuchamos y bailamos en voz alta las reivindicaciones de las mujeres. Una fiesta gigantesca. A partir de nuestras raíces, combinadas con tecno y samplers, estas seis jóvenes mujeres curten la actitud y la música contemporánea. El Arriaga al cuello. De pie y con gran alegría terminó el terremoto musical. El festival tocó techo.
Errantes
Patxo Telleria no es Laboa. Pero ha tomado sus canciones para llevar a cabo una gran creatividad. Fue el estreno. La sala volvió a estar hasta arriba. El dramaturgo se ha convertido en poeta y rapero. Oleada de palabras. Gran cascada de rimas. El anti-héroe junto a la protagonista y dos músicos acompañantes (Maider López, viola; y Adrián de los Ojos, piano y txistu). «Ai Gure Juaneteak» es una excelente creación que sacude las entrañas de todos. Una obra que habla de nosotros.
La canción «Hegazti errariak» da sentido a la creatividad de Telleria. Por eso cuando afloraron las aves que se asemejaban a los pájaros de Zumeta, nuestro corazón hizo crac.
¿Cuándo terminó la civilización?
Desde el interior de Laboa nos dirigimos al monte. Diseñamos una ruta guiada montañera, desde Otxarkoaga a Deusto, a través de las faldas de los montes Iturritxualde (Avril) y Artxanda. Con la intención de aunar naturaleza y cultura metimos en la mochila cinco pedazos de vida para traer a las luces a varias mujeres en la sombra: Dolores Ibarruri, La Pasionaria. Política comunista; Juanita Mir. Periodista, fusilada en Bilbao en 1937; Bizenta Mogel. Ipui onac, primera escritora vasca; Adelina Méndez de la Torre. Escribió sobre feminismo; Marcelina Elesgarai Arrospide. Propietaria del restaurante La Busturiana.
Irati Agirreazkuenaga agitó nuestra memoria y plasmó la hermandad entre las mujeres a través de sus cartas. Estas vivencias de las cinco mujeres se combinaban con otras cinco historias.
Entre ellas escuchamos la breve narración que alude a la huella del fémur roto en la Prehistoria. El fémur databa de hace 4.000 años y era una muestra de nuestra civilización, ya que esa señora prehistórica fue cuidada por amigos de la tribu. Entonces, ¿cuándo terminó la civilización?, preguntó un estudiante de arqueología. ¿Cuándo perdimos el impulso de cuidarnos unos a otros? De nuevo una reflexión cultural contra la crueldad.
En esta ruta montañera y camino de la mezcla entre lo natural y lo cultural pudimos escuchar dos pequeños conciertos. En los bosques de Iturritxualdea el joven trío Mirua curtió una serie de canciones encantadoras. Se intercalaron canciones propias de los tolosarras, con otras, como Amapola, de Gari o Martin Larralde, de Ruper Ordorika. Al final del recorrido aparecieron voces blancas. El ochote de mujeres del coro Jatorki nos ofreció un repertorio muy original: Sorozábal, Iparragirre… alegraron los verdes prados de Pikotamendi. Voces finas, voces elegantes, voces nuestras. Una delicia, de verdad.
Al anochecer del mismo día, tuvimos una cita con el histórico cantautor y flautista Jean Mixel Bedaxagar, que llegó a Bilbao desde Urdinarbe, en Zuberoa. Una expresión etnográfica. Pájaros de Zuberoa, Etxahun Iruri, pastores de las Bardenas de Navarra… completaron, entre otros, este clásico concierto. «Esta Europa no nos gusta» declaró el suletino, por un momento. Junto al gigantesco Juan Mari Beltrán, uno de los músicos populares más brillantes.
Cuando conducía la gabarreta vestido con la camiseta del Athletic
Era un domingo soleado en el Guggenheim. Iban Zaldua llegó de Vitoria con un nuevo cuento bajo el brazo. Como indica el título «Bihar, atzo, gaur, bihar«, una mezcla del tiempo.
En un futuro próximo, la máquina de viajar en el tiempo estaba inventada. Así, vimos Bilbao en tiempos antiguos, actuales y futuros a la vez. Hablaba de turismo. De la Zamakolada del siglo XIX a la gabarreta de finales del XXI (si Bilbao tendrá forma de Venecia en el futuro, tras el Gran Diluvio). Iban Zaldua es un excelente cuentista y esta vez nos atrapó en sus redes. Con la banda sonora del grupo pamplonés Ibil Bedi, una de las bandas más destacadas de nuestra música actual. Alaia Martin, Miren Artetxe y Amaia Agirre sacaron brillo al cuento en bertsogintza. Un espectáculo redondo en el que todas las cuerdas se entrelazaban a la perfección. Donde el capitalismo ponía en jaque el modelo turístico que ha creado.
El cine vasco proclama la ley
Cerramos el segundo fin de semana con cine. El Cine Vasco es un cine en euskera. Parece una tonteria, pero lamentablemente no es así. Pudimos ver una de las películas más emotivas que se estrenan este año en euskera: «Bizkarsoro«. Una pieza audiovisual imprescindible que el cineasta Josu Martínez ha creado en cinco años. Cuenta la historia del euskera en Iparralde a lo largo del siglo XX, concretamente en 70 años.
En Iparralde, a principios de siglo apenas sabían francés (al igual que no sabían el himno Marsellesa), pero con el paso de los años el euskera fue borrado por la represión hasta que se puso en el abismo. Finalmente, la creación de las ikastolas ha despertado los rayos de esperanza. El recorrido abrupto de este renacimiento está a la vista. La película cuenta todo esto en cinco capítulos y emociona al público por completo.
El coloquio post-película estuvo conducido por Martxelo Otamendi y conocimos las claves de la película. Por ejemplo, cómo Madrid no ha autorizado su incorporación a los cines comerciales. Por eso, Josu Martínez promulgó la ley del cine vasco, que ya tienen en Cataluña. Pidió apoyo, «si queremos futuro».
Un nuevo Ziripot
En la tercera semana, entramos en la recta final. Bilaka dantza konpainia llegó de Lapurdi. La propuesta artística «Mitologia Txikiak» es una creación preciosa, imaginativa e innovadora. Es de los que nos ofrece un nuevo imaginario vasco. Indaga en nuestra mitología y carnaval y saca a la luz nuevos personajes. Los personajes son, precisamente, poéticos y sorprendentes. Esta alta danza contemporánea subleva nuestras raíces y es un regalo espectacular.
En la línea de las miradas femeninas nos llegó el trabajo «AMAraun«. La bertsolari, escritora y bailarina Oihana Iguaran, junto a la bailarina Amaiur Luluaga, recrean los hilos de la maternidad a través de bertsos, danzas, canciones y teatro. Es una propuesta artística totalmente original. Muy contemporánea, poniendo a la mujer en el centro.
Se interrumpió el festival. Korrika venía a Bilbao. Nosotros llevamos el testigo. Nosotros también corrimos a favor del euskera. Por el futuro.
Tres estrenos en Loraldia Terminala
A principios del último fin de semana partimos para La Terminal, con Loraldia Terminala. En ese antiguo taller de creatividad juvenil organizamos tres actuaciones consecutivas.
El primero fue un estreno. Mejor dicho, el avance. Es decir, la primera prueba ante el público. El grupo creativo Lokatz Loreak (son tres jóvenes bertsolaris: Araitz Katarain, Janire Arrizabalaga e Izaro Bilbao) pre estrenó «Itzal (iko) bagina«. Abordando la vida y la mirada de las jóvenes, sazonaron una refrescante obra de bertsos. La función está bastante teatralizada y la estética muy elaborada. La experimentación en el bertsolarismo no tiene límites.
El segundo espectáculo tenía como protagonista al chelista Eñaut Zubizarreta, de nombre artístico Trigger; y junto a él participaron la bailarína Amaiur Luluaga y el saxo Iñigo Xalbador. Esta obra también fue un estreno. Cuentan la vida de un migrante llamado Moru hasta llegar a Lekeitio. Paso a paso van los episodios vitales. Aun así, los temas musicales lo comparten con una coreografía. Se crea un ambiente suave, frágil… en la escena, en esta obra artística con mucho amor.
Para cerrar las puertas de Loraldia Terminala subió a las tablas el alumnado de bachillerato de arte del instituto de Ibarrekolanda. Con la sala hasta arriba, y un ambiente cálido para disfrutar de la pieza que han creado estos jóvenes deseosos. El trabajo artístico titulado «Sarri min ematen du akordatzeak» se basa en la poesía de Joseba Sarrionandia. Lástima que Sarrionandia no pudiera compartir el calor de este estreno.
Poemas, canciones, bailes, dramaturgias, audiovisuales… la creatividad es enorme. Redondo. Combinan lo de antes y lo de hoy. «Difícilmente abandona su tierra quien tiene sus raíces allí» otra vez el despoblado, el destierro… El imaginario de Sarrionandia reflejado en una hora. Clamor contra la guerra, pensando una vez más en Gaza. El Guernica de Picasso y la canción homónima creada por Elorrieta-Sarrionandia pusieron en escena una gran coreografía. Conmovedor. Espectacular. Los jóvenes recibieron abrazos de éxito al final.
Un pueblo con sueños
Llegamos al final del festival, este recorrido sin musgo que redondeó Jon Maia. La épica y el discurso de la obra artística «Kantu Berri Bat Gara» cerró a la perfección la décima edición.
Es una invitación gigantesca a soñar. Un esfuerzo por crear futuro. Nadie sobra en esta tarea. Por eso la canción «Euskal Herria B». En homenaje a las y los vascos de los que nunca se habla. Las tablas del Euskalduna se llenaron de símbolos. Euskalzales de Otxarkoaga (comparsa Pa-ya); Gitanas euskaldunes (Amuge Elkartea); Boubacar Diouf, de Senagal (representante de los manteros); Nerea Lizarralde, habitante de Arbolancha; Lutxo Egia (vasco nacido en Santander); Joserra Etxebarria (pionero de la actividad cultural vasca)…
«Kantu Berri Bat Gara» habla de nosotros y del pueblo que queremos. Silvio Rodríguez no acudió pero sí estuvo presente en el tema «Nostalgia». Uno de los regalos más brillantes lo puso Gari. Maia y Gari cantaron a la vez y subieron los grados de la sala. Cerca de tres horas quedó este espectáculo inmenso. ¿Qué somos nosotros? ¿Quiénes somos nosotros? Kantu bat gara!
Salimos a la calle. La noche se abatió. En la oscuridad, en el muro del Euskalduna colgaba el «Gure(r)a» de la compañía Harrobi dantza bertikala. Tres bailarinas verticales y artes visuales. La dama del Anboto, las cataratas, nuestros bosques infinitos, las brujas… y el homenaje a la mujer oprimida. Una pieza encantadora, música en directo (bajo la dirección de Juantxo Zeberio), mujeres en el centro… Allá arriba, pueblo que tiene sueños y anda por el cielo estrellado.
Mención especial a colaboradores y patrocinadores
Loraldia Festibala cuenta con la colaboración de instituciones, agentes, creadores y otros.
En su décima edición, gracias al convenio con Euskal Kultur Erakundea, Loraldia tiene la oportunidad de traer a Bilbao las propuestas de Iparralde. Ha contado con la colaboración de la Fundación Elkar para realizar presentaciones literarias. El diario Berria apoya una acción. ZAWP nos cede el espacio La Terminal. Y, como todos los años, hemos contado con el apoyo del programa TopArte del Museo Guggenheim Bilbao. Este año ha colaborado la marca de moda sostenible KOT.
Y numerosos medios de comunicación vascos se unen a Loraldia para difundir las actividades y los trabajos de sus creadores: Berria, Gara/Naiz, Deia, Kmon, Bilboko Uriola, Hiruka, Anboto, Aikor, Aiaraldea, Begitu, Argia, Radio Euskadi, Euskadi Irratia, Euskadi Gaztea, Naiz irratia, Bilbo Hiria irratia y Bizkaia irratia.
Por último, Loraldia quiere agradecer especialmente la colaboración prestada a los cuatro principales patrocinadores del Loraldia Festibala. El Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Foral de Bizkaia, el Gobierno Vasco y Laboral Kutxa han estado estas semanas con Loraldia. Hemos tenido vuestra ayuda, vuestro apoyo y vuestro coraje.